Opinión | En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Ni secretos ni criptología

A estas alturas de Liga solo hay una clave: sumar, sumar y sumar

Aficionados del Oviedo en la grada del Tartiere

Aficionados del Oviedo en la grada del Tartiere / Miki López

Pues, al final, el asunto de la visita del Mirandés, la primera defensa del Oviedo del "título" (de momento, solo honorífico) del play-off, acabó en bajonazo. Los de Carrión hicieron lo más complicado en estos tiempos que corren, que no es otra cosa que ponerse por delante en el marcador, y luego se dedicaron a sestear, dejar que pasara el tiempo traicionándose a sí mismos y al estilo que proclama su técnico. La apuesta salió mal y se escaparon dos puntos que hubieran dejado a los azules a un pasito del ascenso directo. El Oviedo fue todo posesión (un 64 por ciento de media, y por momentos hasta el 70), pero de esa clase que no hace daño a nadie.

Entra en juego lo ya dicho, la capacidad para gestionar los nervios propios y ajenos. Y a los azules les entró el tembleque, el mal de altura cuando, a falta de escasos minutos para el final, se veían a un paso de vivir una semana en la gloria. Nada hay ganado ni perdido, pero ahora la muchachada azul está en la obligación de dar otra campanada fuera de casa, a ser posible ya el próximo lunes en Cartagena.

Mientras, a 28 kilómetros los pechos vuelven a estar henchidos y parece que se quedan atrás las dudas que venían generando los de Ramírez en los últimos tiempos. Lo dicho: nada está hecho. Lo único cierto es que el Sporting tendrá que hacer algo grande el sábado en Elche si quiere seguir amarrado ahí arriba para luego seguir ganando en El Molinón. A estas alturas no hay secretos ni claves que haya que descifrar con la ayuda de la criptología. Lo único que vale es sumar, sumar y sumar. Así de simple y de complicado, ¿oyisti, güey?

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