Opinión | En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: Los nervios propios y ajenos

Saber jugar a estas alturas de la película con la ansiedad propia y del rival vale casi tanto como un gol en el minuto 90

Aficionados del Sporting en el partido de los rojiblancos ante el Cartagena en El Molinón

Aficionados del Sporting en el partido de los rojiblancos ante el Cartagena en El Molinón / Juan Plaza

Ya se sabe, amiguinas y amiguinos, que un par de buenos resultados en este mundo del "fúrgol" de usar y tirar, de consumo rápido, lo cambian todo. No hace muchas lunas se veía al Sporting fuera de cualquier lucha por algo bueno, bonito y barato a finales de temporada. Los resultados no acompañaban y las sensaciones ya no eran buenas. La famosa flecha hacía tiempo que no estaba hacia arriba. Pero, tras sumarlo todo ante Mirandés y Cartagena, ahora el escalímetro y el transportador de ángulos se utilizan para medir a qué distancia está el Sporting del ascenso directo. Sportinguismo en estado puro.

Los tres puntos ante el Efesé han devuelto la fe a los 20.000 que cada quince días enfilan sus pasos hacia El Molinón. Quedan semanas de mucho sufrimiento, tal y como quedó demostrado ante los de Calero, uno de los héroes del 11M cuando ejercía de policía local en Madrid. Los de MAR las tuvieron de todos los colores para haber cerrado el partido y no tener que esperar al pitido final rezando y con las cositas presionando las amígdalas.

Lo bueno que dejó la tarde, al margen del regreso de los rojiblancos a los puestos de ascenso, es que parece que Mario, "el Pistolero", sí tiene olfato para eso del gol. Dos en dos jornadas. También dejó más de una lágrima el retorno al verde de Gio Zarfino tras una larga travesía por médicos, quirófanos y recuperadores. Lo peor, que da la sensación de que la responsabilidad sigue pesando y las piernas tiemblan. Pero esto no para, y los rojiblancos tendrán que volver a ganar, esta vez en Elche, para seguir clavados ahí arriba.

Mientras, a 28 kilómetros se preparan para defender por primera vez en todo el año su puesto de promoción. Los azules lo harán ante un Mirandés con el agua al cuello en uno de esos partidos de puerta grande o enfermería. Veremos si los de Carrión saben jugar con los nervios propios y ajenos, que a estas alturas de la película vale casi tanto como un gol en el minuto 90, ¿oyisti, güey?

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