El misterio del "doble árbol" de Solafaya sorprende en Villaviciosa: un abedul crece en un castaño

Villaviciosa tiene catalogados casi un centenar de árboles que han sido calificados como "notables" debido a su edad, tamaño, diámetro o altura, y por formar parte del rico patrimonio forestal del concejo maliayés, según dató para la Asociación de Amigos del Paisaje (Cubera) Manuel Blanco Sarasola. Entre otros muchos ejemplares, y por citar algunos de los más llamativos, destacan los texos del Bustiu o San Martín del Mar, el tilo de Grases, el álamo de La Barquerina, la encina de Lugás o los dos robles centenarios de Cazanes y Bedriñana.

Sin embargo, un caso especialmente curioso se puede observar en un rincón escondido dentro de un bosque de castaños, robles, abedules y fresnos de Vallinaoscura, en el histórico valle de Valdediós. Se trata del conocido como castaño de Solafaya, que, con más de dos siglos de antigüedad y unos diez metros de alto, sorprende porque a mitad de su tronco ha nacido y crecido de forma muy vigorosa un notable abedul, cuyo tronco supera los doce metros de altura. Agustín Roces, vecino de la localidad, no acaba de explicarse cómo ha podido producirse este curioso fenómeno en el castaño.

"Es un caso que no recuerdo haber visto ni oído nunca en los ochenta años que tengo", afirma con cierto tono de sorpresa. "Se trata de un árbol que nace dentro de otro árbol, o casi se podría decir que son dos árboles en uno. A este castaño que tiene más de doscientos años y aún conserva ramas vivas, le nació en el tronco un abedul que ha tenido un desarrollo normal y ha crecido en altura como cualquier otro ejemplar normal desde el suelo", explica Roces sobre este raro fenómeno, objeto de gran número de comentarios y de teorías entre los vecinos de esta zona de Villaviciosa y de quienes se han acercado a Vallinaoscura atraídos por este "árbol doble".

Roces no acaba de explicarse del todo cómo ha sido posible que el abedul haya logrado nacer, crecer y sobrevivir sobre el castaño. Supone, como otros vecinos, que algún pájaro dejaría caer sobre un recoveco del tronco o de la corteza del castaño semillas del abedul, que habría echado raíces y recibido sus nutrientes a través del castaño, consiguiendo así vivir y dando lugar a un anómalo crecimiento parasitario.

Se trata de algo inusual, que algunas veces ocurre en la naturaleza, pero que generalmente se presenta en algún tipo de planta. En aquellos casos en que tiene lugar en un árbol, el parásito suele tener un tamaño muy pequeño. En este caso de Villaviciosa, sin embargo, el abedul se ha desarrollado sin problemas y luce tan grande como cualquier otro ejemplar de la zona.

Se trata, tal y como apuntan Agustín Roces y otros vecinos de esta zona del concejo de maliayés, de un "curioso regalo de una naturaleza" que siempre tiene la capacidad de sorprender con curiosos fenómenos que reflejan su riqueza y diversidad. A veces, también llega a asombrar, como en el caso de este "doble árbol de Solafaya".