Crimen

La incesante reiteración delictiva llevó a prisión al presunto homicida de Judith, la mujer hallada muerta en Pontevedra

Desde 2022, tras volver de Venezuela, suma condenas por hurtos y robos

La última, de un juzgado de Vigo, es de este abril, por asaltar a un hombre para sustraerle 15 euros

Casimiro Feijoo, en una imagen colgada en 2022en uno de los tres perfilesque tiene en Facebook.

Casimiro Feijoo, en una imagen colgada en 2022en uno de los tres perfilesque tiene en Facebook. / Redacción

Marta Fontán

Casimiro Feijoo Martínez, el hombre de 53 años de edad natural de Pazos de Borbén, en Pontevedra, al que se atribuye la presunta autoría del crimen de Judith, acumula un amplio historial delictivo a sus espaldas. Hace ya más de dos décadas, en 2003, fue condenado por la Audiencia Provincial de Pontevedra por tráfico de drogas. Una cuestión de “menudeo”, según las fuentes consultadas, pero lo cierto es que sus problemas con la Justicia por otros hechos delictivos menores parecen estar detrás de que en aquella época decidiese poner tierra de por medio, coger un avión y viajar a Venezuela, donde se asentó. En el estado de Mérida inició una nueva vida, pero en 2010 fue detenido acusado de matar por asfixia a una mujer, también de nombre Judith o Yudith [en los documentos judiciales aparecen ambas versiones], cuyo cuerpo fue hallado calcinado. Estuvo muchos años en prisión. “Sí, gracias a Dios ya era justo, al fin en libertad y palante [...]”, escribía en septiembre de 2022 en su perfil de Facebook. Volvió a España y estuvo residiendo una época en Madrid. De hecho en dicho año le consta una condena por delito leve de hurto en la capital española. Después regreso a Galicia, donde fuentes próximas a él le sitúan viviendo en Arcade. Y a lo largo de 2023 su hoja de antecedentes fue engordando poco a poco por detenciones por robos, constándole también entre octubre y noviembre tres reseñas policiales por denuncias de presuntas agresiones sexuales a mujeres. En diciembre, tras ser arrestado por uno de los robos, un juzgado de Instrucción de Vigo, el 8, decretó su ingreso en prisión provisional. Así lo pidió la Fiscalía dada su “reiteración delictiva”. Allí, en A Lama, sigue y de allí lo sacaron este martes para comunicarle el cargo más grave de los que habría protagonizado hasta la fecha en Galicia: el del crimen de Judith, registrado en noviembre de 2023, semanas antes de su encarcelamiento. Casimiro era supuestamente cliente habitual de la víctima en el ámbito de la prostitución y le debía dinero. La geolocalización de los teléfonos móviles lo sitúa con ella la noche del homicidio, la misma en la que la mujer alertó por mensajes a dos amigos de que un hombre que había requerido sus servicios se negaba a pagarle.

Derivadas de las detenciones que fue sumando en esta última época tras regresar de Venezuela ya suma varias condenas firmes. Junto a esa sentencia de 2022 por hurto en Madrid y otra por idéntico delito leve en 2023 en Vigo, este mismo año, estando ya en prisión provisional, compareció en otras dos vistas que derivaron en condenas por conformidad: asumió la autoría de los hechos sin necesidad de llegar a juicio. Ambas resoluciones fueron dictadas por un juzgado vigués, el de lo Penal número 1.

La primera de estas recientes sentencias tiene fecha de 27 de febrero de 2024. Le impusieron un año y un día de prisión por un delito de robo con violencia con arma o instrumento peligroso en grado de tentativa por unos hechos ocurridos la tarde del 4 de julio de 2023, cuando entró en una tienda de electrodomésticos del centro comercial A Laxe, se hizo con un ratón inalámbrico y un ventilador USB e intentó irse sin pagar, si bien acabó siendo reducido por dos vigilantes a los que empujó y amenazó con una navaja con una hoja de 6,5 centímetros.

Más recientemente, este 9 de abril, se dictó otra sentencia por robo con violencia en dependencia de casa habitada en la que el presunto homicida de Judith aceptó un año y nueve meses de prisión. Los hechos son de noviembre de 2023, cuando tras entrar en el portal de un edificio de Vigo, se dirigió por la espalda a un hombre mayor agarrándolo fuertemente y forcejeando con él, logrando arrebatarle la cartera donde la víctima tenía documentación personal y 15 euros. Esta causa fue la que derivó en diciembre en su ingreso en prisión provisional por la reiteración apreciada en su historial delictivo.

No le constan sin embargo, según las fuentes oficiales consultadas, condenas por delitos contra la libertad sexual, pero sí tiene tres reseñas policiales por denuncias por presuntas agresiones sexuales que tienen fecha del 22 y el 27 de octubre de 2023 y del 16 de noviembre, esta última también por robo con violencia y que data de solo dos días antes de la noche en que se sitúa el crimen de Judith. Otras fuentes indican que la víctima ya habría sido agredida con anterioridad por el investigado, si bien no trascendió si estos hechos tienen que ver con alguna de estas denuncias que constan en su historial.

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  • Ocurrió en 2010 y lo sentenciaron a 29 años, pero en 2015 ordenaron repetir el juicio
  • La víctima, de 38 años, estuvo oculta en un "pipote" e, igual que la vecina de Vigo, fue abandonada

Casimiro Feijoo vivió muchos años en Venezuela. Allí constaba “residenciado” en el pequeño municipio de Zea, un pueblo enclavado entre montañas y con un famoso santuario del estado de Mérida. ¿A qué se dedicaba? En documentos oficiales lo definen de comerciante y también de técnico tanatopláxico. En 2010 fue detenido por la presunta autoría de un homicidio que guarda similitudes con el que le atribuyen ahora de Porriño: la víctima también se llamaba Judith (o Yudith), era de edad similar a la vecina de Vigo y murió asimismo por asfixia y acabó siendo abandonada a la intemperie. En el “atroz” crimen venezolano, como lo describió una de las sentencias, la fallecida estuvo oculta en una especie de recipiente de plástico denominado pipote y acabó siendo quemada con gasolina por otro individuo. El homicidio ocurrió en otra localidad de Mérida, la de Alberto Adriani, donde este hombre vivía al menos en dicha época.

El procedimiento judicial contra Casimiro, que pasó los años de cárcel en el Centro Penitenciario de la Región Andina, tuvo sus idas y venidas. Llegó a ser condenado, en una sentencia publicada en 2014, a 29 años de prisión “por considerarlo autor material en la presunta comisión del delito de homicidio intencional calificado”, pero en 2015 un tribunal superior, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Bolivariano de Mérida, dictó otra resolución que anuló dicha condena y ordenó celebrar un nuevo juicio, del que no consta su resultado, manteniendo, eso sí, al investigado en prisión.

Los motivos de la nulidad es que el tribunal que lo sentenció no indicó “las razones fácticas y jurídicas que le llevaron a establecer que entre víctima y agresor existía una relación matrimonial, concubinaria o de hecho” –en el relato oficial de lo ocurrido se daba por hecho que la fallecida era su pareja– y, además, se observó “una negligencia extrema en la actuación tanto policial como fiscal” por haberse omitido “diligencias básicas” en la investigación preliminar del crimen.

Junto a esta causa, se le investigó en 2009 en dicho país por poner presuntamente en circulación dólares falsos, hechos denunciados por comerciantes.

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