Manolo Salvador se ha quedado en una posición delicada ante los responsables de Granada. El club nazarí pidió explicaciones a su director deportivo tras conocer el encuentro que mantuvo el miércoles con Javier Fernández, presidente del Sporting, en un hotel de Madrid. El valenciano justificó que sólo se trató de una reunión cordial, para tomar un café. Unas explicaciones en las que no incluyó que el máximo accionista rojiblanco le ofreció hacerse cargo del nuevo proyecto del club gijonés, tras haber tomado ya la decisión de despedir a Nico Rodríguez, a quien se le había dado el margen de la duda sobre su continuidad si el equipo seguía en Primera División. Las razones expuestas por Manolo Salvador han contribuido a tensar, un poco más, el clima que se respira en Granada, donde existe cierta incertidumbre sobre los pasos que se están dando en materia deportiva. El entendimiento entre el valenciano y Tony Adams, hombre fuerte del nuevo propietario del Granada, no parece ser muy fluido. Una de los ejemplos está en que la apuesta de Salvador por traer a Luis García al banquillo andaluz no acaba de contar con el beneplácito del inglés, que le ha pedido alternativas. Una aparente desautorización de la que podría haber intentado aprovecharse el Sporting.