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Hevia pone la gaita a ritmos caribeños

El músico adelanta algunos pasajes del documental y disco grabados entre La Habana y Santo Domingo al compás de son, merengue, bolero y bachata

"Al son del Indianu", Hevia

"Al son del Indianu", Hevia

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"Al son del Indianu", Hevia Javier Blanco

Hevia "viste" la gaita de son, bolero, bachata y merengue en una producción bautizada "Al son del indianu", un trabajo exhaustivo, de elaboración compleja y que, sobre todo, crea una nueva fusión entre la gaita y los metales (en algunas piezas los de la banda de Juan Luis Guerra), los bajos e incluso visualmente los bailes caribeños de distinto paso. Hasta el propio Hevia se marca algún "meneo" entre los danzantes naturales que aparecen en la escena del videoclip.

"Al son del indianu" es un disco y un documental conducido por el propio gaitero de Villaviciosa en el que relata los vínculos asturianos con Cuba y la República Dominicana. Es una nueva aventura musical y cinematográfica del instrumentista, que ya en su día se puso bajo el brazo la gaita Midi, gaita con sonido tradicional y de sintetizador a la par, con la que arrasó desde que publicó su primer álbum multinacional, "Tierra de nadie".

En una parte del documental que mostró a LA NUEVA ESPAÑA se le observa explicando el origen del centro asturiano en La Habana. Hevia aparece ante el edificio situado en el parque central de capital cubana. Desde allí explica la historia de lo que fue el centro y desvela algunos datos que certifican la importancia que tuvo: "Llegó a tener 100.000 socios, el hospital Covadonga y una institución de enseñanza, Plantel Jovellanos, con 2.000 alumnos. De hecho los cubanos siguen llamando al hospital 'la Covadonga'", relata el músico. Ahora ese edificio del parque central de La Habana es el Museo de Bellas Artes. Pero, como explica un ciudadano en uno de los testimonios recogidos por Hevia, "el habanero que no conozca que esto fue el Centro Asturiano no conoce La Habana". Al hilo de esta declaración Hevia sentencia: "La historia de Cuba no se puede escribir sin Asturias, ya que, a todo lo dicho, hay que añadir que la 'Guantanamera' la escribió Julián Orbón o que el himno de Asturias vino de allí".

En la parte musical el gaitero se pone a tono, con sombrero panamá y colorido vestuario y mostrándose con su banda (tiene dos, una para la República Dominicana y otra para Cuba y Europa) y, claro, también dentro de los ritmos asimilados: La gaita se "latiniza" y está plenamente encajada entre metales, bajo y percusiones. No en vano el gaitero de Villaviciosa ha trabajo en el proyecto dos años y medio. Y de ahí sale una curiosa mezcla gaitero-latina: "Pusimos a bailar a mulatos y mulatas; a bailar sus ritmos con la gaita", dice con humor el músico maliayés, que recuerda que no es la primera vez que un gaitero "viste guayabera por aquellas latitudes: El gaitero Libardón ya lo hizo en los jardines de la Tropical", detalla.

Muestra, en la parte dominicana del disco, unas imágenes muy vistosas donde jóvenes instrumentistas tocan trompetas y demás vientos bailando entre casas pintadas con colores vistosos para la ocasión: "Alguna la pintó un colaborador de allí sin comunicárselo al dueño; pero al dueño no le importó", cuenta Hevia.

Y entre las distintas músicas y ritmos que aparecen, una de ellas es una de las grandes joyas de los últimos tiempos del músico, "Asturias", de Albéniz, que ya tocó en el año de Asturias en Lorient y regaló en vivo este años en la celebración de los 25 años del Concurso y Muestra de Folclore "Ciudad de Oviedo". Ahora para "Al son del indianu", la pieza está trabajada con una big band con amplia variedad de percusiones.

Así pues José Ángel Hevia Velasco se reinventa en latino; le costó coger el "tumbao", pero, bromea, le ayudó mucho observar el andar de su suegro, dominicano.

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