¿Y si hubiera un terrorista atacando en Oviedo? Así se entrena la Policía Local de la ciudad

Veinte agentes locales practican el rescate de heridos y la atención sanitaria de urgencia en un taller de medicina táctica

Cuando el reloj corre en contra: ceinte policías locales practican el rescate de heridos y la atención sanitaria de urgencia

Irma Collín/ Amor Domínguez

Cuatro heridos, un terrorista y diez agentes de policía dispuestos a salvar la situación. Lo primero es reducir "al malo"; luego, extraer a los heridos de la zona a otra más tranquila. Una vez asegurados, hay que darles atención médica de emergencia, porque las lesiones hacen que sus vidas peligren y el reloj corre en contra. Así fue una de las prácticas centrales del taller de medicina táctica al que se sometieron, ayer por la tarde, veinte miembros de la Policía Local de Oviedo en el cuartel del Rubín. En la actividad aprendieron a usar desde agentes hemostáticos, como torniquetes, hasta la asistencia y transporte de heridos en plena "zona caliente", o de conflicto.

"Enseñamos a los policías lo que pueden hacer médicamente dentro de una operación táctica, cuando hay una amenaza activa y no hay tiempo para hacer otras intervenciones", cuenta Duarte Serrano. Trabaja en el SAMU y es el director médico de J&E Diforsa, la empresa que imparte el taller. Momentos antes explicaba a los policías como efectuar torniquetes, tanto a heridos como a sí mismos, en instantes en los que tienen todo en contra.

"Hay que aplicarlo lo más rápido posible, en 30 segundos podemos perder suficiente sangre como para morir", detalla. Debe hacerse con mucha fuerza con un velcro, que ha de apretarse lo máximo posible. El remate es a través de una varilla, que se gira al hasta que no da más de sí y "sella" el anillo formado por el velcro. Para Serrano es una herramienta imprescindible que salva vidas. Asegura que se está luchando para incluirlo en la dotación de las fuerzas de seguridad y de los bomberos.

Tras la teoría, los agentes trabajaron, por turnos, en dos simulacros. Uno fue el de atención a múltiples víctimas con un posterior triaje y otro, más espectacular, el ya narrado de intervención policial. En el último, los agentes neutralizaron, escudos en mano, al delincuente y atendieron heridas de bala en el cuello, de amputación parcial de una mano y de quemaduras. Las lesiones se simularon con prótesis de látex muy realistas. "Intentamos que toda la plantilla se forme para atender grandes hemorragias o heridas graves", dice el subinspector Javier Iglesias, encargado de la formación de la Policía Local. El año pasado hicieron un curso similar con otros veinte policías. Seguirán con ello y darán prioridad a los miembros del cuerpo que más pisan las calles.