Habla la familia del hombre que decapitó a su padre en Ribera de Arriba: "No pedimos cárcel, solo que lo curen"

Los amigos que trabajaron con Miguel Ángel Muñiz en Silicosis celebran una misa en su honor en la capilla del HUCA: "Aún no nos lo explicamos"

"No queremos condenas de cárcel para él, solo que lo curen de la enfermedad que lo llevó a hacer lo que hizo". El tío de Pablo Muñiz, el hombre de 46 años que le cortó la cabeza a su padre en la localidad riberana de El Picón y la pateó como si fuese un balón de fútbol antes de arrojarla contra el parabrisas de varios coches, sigue pidiendo "compasión" para su sobrino y repitiendo que el parricida jamás hubiese cometido esa atrocidad si no hubiese sido por sus "evidentes" problemas de salud mental. "Todavía no nos lo explicamos. No lo podemos entender, es incomprensible. Siempre fue un buen hijo, nunca fue violento y jamás había dado ningún problema", señala Joaquín Muñiz, que no le guarda rencor su sobrino a pesar de que se llevó por delante la vida de su hermano Miguel Ángel, que tenía 73 años. "Ya he perdido a un hermano y no quiero perder también a un sobrino", asegura emocionado.

Joaquín Muñiz volvió a hacer de portavoz de una familia "completamente destrozada" por el dolor durante una misa por su hermano pequeño que se celebró en la capilla del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde su sobrino Pablo Muñiz continúa ingresado y a la espera de recibir el alta para ser trasladado a prisión por orden de la jueza que instruye el caso. La eucaristía en recuerdo del fallecido fue una iniciativa de los compañeros que tuvo Miguel Ángel Muñiz durante su etapa como celador en el área de Silicosis del viejo hospital del Cristo. "Este tipo de actos me demuestran que mi hermano era una persona muy querida y para nosotros son una luz en el túnel. La familia os lo agradece de corazón, gracias por tenerlo presente", dijo Joaquín Muñiz durante una misa a la que también asistió otro de los hijos del fallecido.

El sacerdote José Manuel García, durante la misa en el HUCA. | L. Murias

El sacerdote José Manuel García, durante la misa en el HUCA. | L. Murias / Félix VallinaFélix Vallina

Después volvió a repetir lo mismo que ya dijo la semana pasada frente al Ayuntamiento de Ribera de Arriba, cuando los vecinos del concejo y los miembros de la corporación municipal se juntaron en la plaza del consistorio para honrar a su amigo Miguel Ángel Muñiz con un emotivo minuto de silencio. "A los que creéis en Dios, rezad por él. Os pido comprensión para Pablo", recalcó. Los asistentes a la celebración religiosa, que llenaron hasta los topes la capilla del HUCA, le respondieron con un sonoro y prolongado aplauso.

El encargado de oficiar la misa fue el párroco de Trubia, José Manuel García, que también conocía a Miguel Ángel Muñiz de su etapa como celador en Silicosis. El sacerdote aplaudió durante su homilía la postura de los familiares y las palabras de Joaquín Muñiz, "que llama al perdón y a la compasión en un momento en el que otros buscan culpables y todo lo truculento". José Manuel García deseó "consuelo y esperanza" a la familia Muñiz y recordó "el espíritu compasivo y la alegría" de Miguel Ángel antes de dar por terminada una emotiva ceremonia.

Los amigos

La gran asistencia a la misa que se celebró en la capilla del HUCA pone de manifiesto el cariño que ganó Miguel Ángel Muñiz entre sus compañeros del hospital de Silicosis. "Era una persona muy humana y muy servicial. Todo lo que podía hacer por nosotros lo hacía sin pensarlo. Era muy buen amigo", asegura Balbi López. El electricista Antonio Pascual, que estuvo trabajando en Silicosis durante 45 años, se expresa en la misma línea. "Era un buen paisano en todos los sentidos, creo que eso lo explica todo. No hay más que ver la cantidad de gente que ha venido para saber que todo el mundo lo quería", dice el hombre. Francisco Menéndez también apreciaba mucho al hombre al que su hijo le cortó la cabeza con un hacha la noche del pasado 8 de abril. "Era un gran compañero. Todo esto que ha ocurrido es inexplicable. Es difícil de digerir", señala.

Emotiva carta de los excompañeros: "Miguel era un gran ejemplo humano"

Los amigos y compañeros del hospital de Silicosis le dedicaron ayer un emotivo escrito de despedida a Miguel Ángel Muñiz durante la misa que se celebró en el HUCA. El encargado de leerlo fue Alfredo Alonso, que conocía al fallecido desde hace 35 años y salía con él a la montaña, una de las pasiones del hombre que murió a manos de su hijo. "Lo mejor que se puede decir de un compañero de trabajo es que era querido por todos y Miguel lo era", comenzó diciendo. "Mucho hemos llorado juntos sus compañeros de Silicosis. Miguel era muy querido y admirado por todos. Era admirado por su bondad, por su responsabilidad, por su inteligencia y por su cultura, por su serenidad y equilibrio, por su generosidad y su discreción. Era un gran ejemplo humano", continuó sin poder contener la emoción. "Queremos decirle a sus familiares que tienen que estar orgullosos de haber tenido el padre, el hermano y el compañero que han tenido".

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