Opinión

Victoria Prego, una gran valedora de Cudillero

Juan Luis Álvarez del Busto y Victoria Prego, en 1996.

Juan Luis Álvarez del Busto y Victoria Prego, en 1996. / LNE

Este miércoles, día 1 de mayo, para el mundo del periodismo y de la comunicación, la jornada se ha transformado de festiva a de luto porque se nos ha ido una excelente profesional, unida estrechamente, por otra parte, a Asturias a través de Cudillero, y más en concreto con el pueblín de San Cosme, en la parroquia de San Martín de Luiña, donde veraneó muchos años. Me refiero a Victoria Prego. Como sin duda habrá quien glose su figura, uno solamente quiere tener unas palabras de recuerdo y homenaje evocando su paso por la villa pixueta, entre otras razones como autora del XIV Literario "Escritores en Cudillero" –fue la primera mujer en hacerlo– que leyó el 3 de mayo de 1996 ante más de trescientas personas durante la tradicional Fiesta Literaria de la Mar, en la que también se procedió a la imposición de la II Insignia de Oro de la asociación "Amigos de Cudillero", organizadora del acto, al entonces presidente del Principado, Sergio Marqués Fernández (q.e.p.d.).

El viaje de Victoria de Madrid a Cudillero tuvo su anécdota. Recuerdo que el día anterior a la celebración del evento me llama por teléfono para decirme que le va a resultar imposible desplazarse debido a que tiene que cubrir el debate de investidura como presidente del Gobierno de José María Aznar. Que me enviaría el texto del cuaderno para que, en su nombre, lo leyese yo. La entendí. Era una causa de fuerza mayor. Pero se me ocurrió decirle, y así lo iba a hacer, que aplazaría el acto para otro momento, a pesar de limitado del tiempo para hacerlo. Y entonces surgió la calidad humana de Victoria Prego. "No, por favor", me dijo. "Tomaré el último avión y, aunque llegue un poco tarde, ahí estaré". Y así fue. Se inició el acto, temblando por un posible retraso del avión, pero llegó y fue recibida con una ovación de las que no se olvidan y que se repitió tras leernos con maestría, calidad y calidez su magnífico cuaderno. Uno ha de tener un cariñoso recuerdo también para quien la presentó y que tampoco está físicamente con nosotros: Tico Medina.

El caso es que se nos fue otra gran valedora de Cudillero. Ley de vida. Gracias por todo, querida Victoria. Y descansa en paz.

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