Opinión | Sol y sombra

Fraude armado

Desconozco cómo se las arreglaría el aclamado Broncano si tuviera que trasladar a sus telespectadores el dilema inmoral de ETA en clave de humor. Hablamos del dilema de ETA para el Gobierno, ya que a cualquier ser decente ETA no le plantea dudas, tratándose como se trata de una banda terrorista con 850 asesinatos a sus espaldas y una estela de dolor incomparable. Sus herederos, EA Bildu, insisten mientras tanto en que fue sencillamente una banda armada. La portavoz Alegría, al tiempo que los critica por despreciar a las víctimas con su negacionismo del terror, no descarta seguir entendiéndose con ellos. No hay que olvidar que hasta ahora han resultado ser los socios más fiables del Gobierno en Madrid y en Pamplona.

Es el dilema socialista que sigue sin despejarse ante las elecciones del día 21. Puede que en el País Vasco no constituya gran preocupación –EA Bildu figura como favorito de las urnas–, pero sí resulta lacerante para muchos otros españoles comprobar cómo uno de los dos partidos mayoritarios bandea de la manera en que lo hace, naufragando en una cada vez más inquietante contradicción. Envuelto en esa misma zozobra, Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Urbana, no tuvo inconveniente en referirse a la organización que lidera Otegi como "progresista y democrática" para justificar, hace unos meses, el contubernio de Pamplona. ¿En qué quedamos, Alegría? ¿Es progresismo negar a ETA como banda terrorista? ¿Es democrático?

Banda terrorista o grupo armado. No se trata de si son galgos o podencos. Tampoco de una simple discusión taxonómica para perder el tiempo. Consiste, sin embargo, en no perder de vista el concepto y que este, a su vez, no nos pierda de vista a nosotros. Confundir a una de las organizaciones terroristas más sangrientas de la historia con un grupo armado cualquiera es restarle categoría a un episodio tan terrible y doloroso como dilatado en el tiempo. Estar dispuesto a entenderse en el plano que sea con quienes lo niegan, un penoso fraude democrático.

Suscríbete para seguir leyendo