Junto a los propios trabajadores de las centrales térmicas y a los trabajadores portuarios, el tercer grupo profesional al que afectaría directamente la eliminación de las centrales carboneras sería el de los transportistas. Alrededor de 400 camioneros asturianos tienen parte de su actividad ligada a los transportes de carbón desde El Musel hasta las térmicas de Asturias, León y Palencia.
La mayor parte del carbón de uso térmico que se descarga El Musel procede de minas a cielo abierto de Australia, Sudáfrica, Colombia y Rusia. Más de la mitad llega luego a sus destinos en tren, en FEVE desde Ebhisa a las centrales de EdP y en Renfe desde la explanada de Aboño a las de Compostilla (Endesa) y Lada (Iberdrola). La otra parte se traslada tanto desde Ebhisa como desde los muelles comerciales del Puerto hasta sus destinos en camión.
Sólo el cierre anunciado de la central de Lada equivaldría a la pérdida de 30 empleos en el transporte, sumando los viajes que dan al cabo del año un número superior de camioneros.
Los portes a las térmicas desde El Musel, y en menor medidas desde el puerto de Avilés, los realizan en un ochenta por ciento tres cooperativas de camioneros asturianas y el resto transportistas de León. Durante años estos profesionales han estado sufriendo el acoso de los mineros de León, que volcaban sus portes e incluso llegaron a lanzarles cócteles molotov a los camiones, al considerar que la crisis en la minería se debía a la importación de mineral más barato. Ahora, la reconversión del sector eléctrico que se propicia desde la Unión Europea puede acabar poniendo en la misma trinchera a estos dos colectivos hasta ahora enfrentados.
La situación con la que se encontrarán los camioneros con los cierres de centrales térmicas no es nueva en el sector. Por una situación similar ya pasaron varios centenares más de camioneros cuando, con el inicio de la última crisis económica, se produjo un frenazo de la obra pública en Asturias. Muchos camioneros tuvieron que retirar la bañera en la que llevaban rocas y tierra para dedicar sus camiones al transporte de mercancías nacional e internacional. En este caso, los transportistas volverán a tener que buscar alternativas y, como dicen en el sector, "echarse a la carretera".
