Emma PRIETO

Los alumnos de Bachillerato que se graduaron el pasado mes de junio en el colegio de las Ursulinas serán los últimos de la promoción oficialmente conocida como «ursulinas y ursulinos» de Gijón. Ya es efectivo. Ayer el colegio de Ceares perdía definitivamente su histórica denominación para pasar a llamarse «Colegio Montedeva». Así lo recogía el Boletín Oficial del Principado.

La decisión, que hasta ayer desconocía la mayor parte de la comunidad escolar, es una consecuencia más del cambio de titularidad que sufrió el centro en 2009, cuando las religiosas de la congregación Ursulinas de Jesús cedieron la gestión del colegio a la empresa madrileña Alter-Vía Gestión de Recursos S. A.. Entonces las monjas reconocían la imposibilidad de seguir haciéndose cargo del centro, dada la falta de vocaciones religiosas y la excesiva carga que suponía el gran colegio para una comunidad muy menguada. En la actualidad el centro tiene 1.380 alumnos.

Tal y como explica Carlos Bello, administrador solidario de la empresa Alter-Vía, el cambio de nombre está justificado por el contrato firmado en su día con las monjas. «Cuando la empresa se hizo cargo del colegio se acordó con las Ursulinas que el nombre del centro solo podría utilizarse por un máximo de cinco años. En cumplimiento de ese acuerdo procedimos a tramitar el cambio ante la Consejería de Educación y ayer recibir la aceptación oficial», explicó.

Dado que el curso acabó sin haber tramitado el nuevo nombre, los administradores del centro no tuvieron ocasión de comunicarlo a las familias, que hoy se estarán enterando de la novedad por una comunicación interna vía internet.

La elección del nombre Montedeva tiene que ver, según Carlos Bello, con «que el colegio tenga una identidad propia y sirva de conocimiento de la ciudad. Es un nombre genuino que se asocia con Gijón», indicó. Igual que en Oviedo, donde el colegio gestionado por las religiosas Ursulinas, y que también se cedió a Alter-Vía en 2009, tiene como nombre oficial Santa María del Naranco. «El colegio de Oviedo ya tenía ese nombre, y así se queda. En el caso de Gijón había una identidad entre la congregación y el centro que era necesario que se modificara».

Lo que quieren dejar claro los nuevos administradores del colegio privado-concertado gijonés es que tras el nuevo nombre no hay «un cambio más sustancial del colegio, porque eso lo hacen sus profesores, y el claustro es el mismo que había cuando llegamos». Así que el Colegio Ursulinas de Jesús, rebautizado ahora como «Montedeva», continuará con su misión de «llevar adelante una la educación concebida como el pleno desarrollo de la persona a través de una formación integral, buscando la excelencia educativa y en valores y centrándose en trabajar para ayudar a sus alumnos a ser personas felices, capaces de vivir en el mundo actual con una formación adecuada, tanto a nivel personal como profesional».

Han pasado 106 desde que las Ursulinas echaron raíces en Gijón ,el 14 de agosto de 1903. Cientos de generaciones han pasado por las aulas de este histórico colegio, que en la década de los setenta pasó a siturse en Ceares, tras haber ocupado diferentes sedes, en la calle Capua y después en Cabrales. Muchas generaciones que ahora pierden un referente, aunque sea nominal.