LEB ORO

Un meritorio Alimerka muere en la orilla contra el líder Coruña (73-78)

Los de Javi Rodríguez caen en la prórroga tras tener posesión para ganar

Martí lanza a canasta ante Diagne.

Martí lanza a canasta ante Diagne. / Juan Plaza

Faltó poco. Poquísimo. Apenas una canasta. Pero no pudo ser. El Alimerka podría haber dormido hoy salvado. Puso coraje y defensa de sobra para que así fuera, pero le faltó una pizca de acierto y de poso para gestionar con más responsabilidad las jugadas en las que el balón más quema. Contra el líder Coruña, que sale de Oviedo a una sola victoria de certificar su ascenso a la ACB, no hay peros que valgan.

Con las gradas de Pumarín a reventar de camisetas naranjas por el desplazamiento masivo de seguidores gallegos, elpartido amaneció trabado, poco fluido, orientado hacia lo que acabaría siendo durante casi la totalidad de su desarrollo: una continua guerra de guerrillas. Era esa, a priori, buena cosa para el Alimerka. Los partidos de mínimos, da igual el deporte, favorecen al pequeño.

El plan de partido del Leyma Coruña pasaba por sacar tajada de su evidente superioridad física. Se medían en Pumarín el equipo más grande de la competición contra uno para nada especialmente alto y que, para más inri, no podía contar con el pívot Hall Elisias, ausente por problemas físicos. Pero Javi Rodríguez, que se olía el pastel, planteó una defensa dura, subterránea, de mucha actividad de manos, que logró gripar, casi de principio a fin, la ofensiva de un líder que apenas pudo imponer su receta en tramos muy determinados. 

El problema es que el OCB sufría tanto o más que su rival en ataque. Con el punto a precio de alquiler en el centro, el resultado al final del primer parcial fue un elocuente por lo pírrico 13-15. Si el Leyma Coruña, con sus grandes anudados, solo sumaba desde el tiro libre, al Alimerka se le hacía la pista chiquita por el imponente físico de sus oponentes, de modo que se vio en parte forzado a abrazar hasta el paroxismo el credo del nuevo baloncesto: los de Javi Rodríguez acabaron con 41 triples lanzados, de los que 14 acabarían en canasta, y tardaron más de cuarto y medio en anotar su primer tiro de dos, un muy festejado alley-oop propuesto por Horton y materializado por Cosials. Coruña, siempre a contracorriente de los tiempos, solo lanzó 15 tiros lejanos, acumulando seis aciertos. 

Un buen final de segundo cuarto, culminado con un triple de Horton, permitió al OCB alcanzar el descanso con una ventaja de dos puntos: 30-28. Aunque seguía sin hallar la marcha en ataque, el trabajo de los interiores -Martí, Stuckman, un Hugo López cargado de faltas y a la postre expulsado y un esplendoroso Cosials- propulsaba las opciones del Alimerka contra el líder.  

Tras el receso, el partido ganó en ritmo. Hubo intercambio de canastas y el OCB, más ordenado a partir de los bloqueos de Cosials a Horton en la cabecera, empezó a amenazar en ataque la pintura del Coruña. Con Martí castigando desde el poste y yendo a la línea de personal, los tiradores del Alimerka disfrutaron de más espacio. Pero el Coruña, bajo el liderazgo del base Jakovics, no daba tregua. El cuarto, a pesar de concluir con un nuevo triple sobre la bocina -esta vez de Lobaco-, quedó atrás con la peor noticia posible para el Alimerka: Cosials, acalambrado, no podía continuar.

El líder olió la sangre y se lanzó a la yugular del Alimerka. Diego Epifanio sacó al mastodóntico Diagne, y el Leyma encontró el camino hacia el aro que hasta entonces le venía negando Cosials. Pero, cuando entre el senegalés y Jakovics amenazaban con romper el partido, el OCB se desató. La secuencia resultó incontenible para el Coruña: triple de Stuckman, triple de Lobaco, tapón de Horton y triple a tablero de Chapela. A falta de menos de cinco minutos para el final, el Alimerka, que perdía por siete, se puso dos arriba. Pumarín enloqueció.

Con el partido en un puño, un canastón inverosímil de Chapela ante Huskic le granjeó una ventaja de dos puntos al OCB a falta de cuarenta segundos. El Coruña respondió con una canasta sencilla en la zona. Con el partido empatado, Horton asumió la responsabilidad. Bote, bote, bote, dos contra uno, mal tiro, a Lobaco se le escurre el rebote de entre los dedos y prórroga.

En el tiempo suplementario, el Alimerka, de nuevo viniendo desde atrás, tomó una renta de de un punto después de una canasta de Stuckman -tan esforzado como desatinado, con un 1/9 en triples- tras un rebote ofensivo. Pero una canasta de Burrueta, un nuevo fallo desde la larga distancia de Stuckman y unos tiros libres de Huskic acabaron condenando a un OCB que, cuando perdía por tres, volvió a fiar su suerte, de nuevo sin obtener beneficio, a Horton. La permanencia tendrá que esperar, al menos, un día más: bastaría con una derrota del Castelló en su visita mañana al Alicante. El play-off, eso sí, ya es misión oficialmente imposible.

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