La llegada de un posible inversor chino a Mieres Tubos supone la última esperanza para una plantilla que está ya desesperada. Los trabajadores de la firma mierense, "muy quemados" con la situación que vienen arrastrando durante los últimos tres años, en los que ya han agotado las prestaciones por desempleo y en el que han visto como se han frustrado varios intentos de venta de la antigua Perfrisa, se muestran muy cautos a la hora de valorar el desembarco de los asiáticos para reflotar la planta. "Nos lo tomamos con muchísima cautela, porque viendo los antecedentes, no queremos ni podemos hacernos ilusiones con que esta va a ser la definitiva", indicaron a este diario los trabajadores.

A finales del pasado 2017, y tras echarse atrás en la compra de la planta de Sueros el grupo italiano Amenduni, surgió la posibilidad de que llegaran inversores chinos para Mieres Tubos, tal y como avanzó ayer LA NUEVA ESPAÑA. De hecho, un emisario de los empresarios asiáticos visitó incluso las instalaciones de la planta mierense. Una fábrica que pese a llevar tres años prácticamente parada -hubo un amago de arranque el pasado año-, se mantiene en un "excelente" estado, según relata la plantilla. "Hubo una temporada que aunque no produjéramos nosotros íbamos a trabajar, y lo que nos dedicamos fue a limpiar y tener las máquinas en el mejor estado para que ese no fuese un problema a la hora de resolver la venta", explicaron los operarios de Mieres Tubos.

La vía asiática parece el último cabo al que la plantilla de Mieres Tubos se puede agarrar antes de que la empresa entre en fase de liquidación. Actualmente, el administrador concursal se encuentra resolviendo los incidentes en la fase común del concurso, y una vez que el juez de luz verde al informe definitivo de la deuda, que ronda los 4,5 millones de euros, la propiedad de la firma, la familia Uribarren, deberá optar bien por presentar un convenio a sus acreedores, o bien por entrar en la fase de liquidación. Una opción, esta última, que parece la más probable, salvo que el dinero oriental llegue antes de que se resuelva el concurso.

Mientras tanto, la plantilla, que ha venido encadenando expedientes de regulación temporal de empleo, se encuentra ahora en plena negociación del expediente de extinción de sus contratos. En un principio será casi la totalidad de los trabajadores de Mieres Tubos los afectados por esta medida, aunque podrían quedar uno o dos del medio centenar para realizar labores de mantenimiento y vigilancia. La mayoría de ellos, por no decir todos, han agotado ya las prestaciones por desempleo, derivadas de tres años de regulaciones de empleo, lo que les ha llevado a atravesar situaciones económicas muy complicadas. Las próximas semanas se antojan claves para un taller industrial que fue referencia en Mieres y en cuya rentabilidad sus trabajadores siguen creyendo.