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Los llagareros, preocupados por la subida de precio de los corchos y su escasez

"Estamos abasteciendo a nuestros clientes, pero puede llegar a ser un problema", reconoce el distribuidor sierense de tapones Jaime García

Jaime García Roza envasa unos corchos para sidra. MARIOLA MENÉNDEZ

La escasez de corchos preocupa a los llagareros. Principalmente porque, al haber menos materia prima y aumentar la demanda, los precios suben. Un encarecimiento de los costes de producción es un nuevo varapalo para el sector sidrero porque trabajan ya con márgenes muy ajustados, según señalan. De momento, quieren contener el precio de la botella de sidra, pero vuelve a ponerse sobre la mesa el debate de siempre: si la bebida regional es demasiado barata.

Jaime García Roza es el gerente de Casa Víctor, una empresa de Granda, en Siero, que distribuye tapones. "Estamos abasteciendo a nuestros clientes, pero puede ser un problema", reconoce. La mayor parte de su mercado asturiano es el sidrero. Explica que el descorche o retirada del corcho del alcornoque se realiza cada nueve años, como mínimo. En 2008 tocó realizar este proceso, pero coincidió con el inicio de la crisis y el consumo había disminuído, por lo que la demanda de este material también cayó. Se esperó hasta 2010 y lo que debía de recogerse en 2009 no se extrajo hasta dos años más tarde. Además, se obtuvo sólo alrededor del 30% de lo que era habitual. Y ahora "hay problemas de escasez", asegura el empresario sierense, pues toca esperar otros dos años más para obtener corcho. No se puede hacer este año ni el que viene. La mayor parte procede de Portugal y Extremadura.

"Mira, esto tenía que estar lleno", indica apuntando a parte del almacén sin mercancía. "Y no sólo es el precio, es que no hay", agrega Jaime García. Aunque, de momento, están cumpliendo con los pedidos de sus clientes.

Una de las consecuencias más directas de esta escasez de materia prima es el encarecimiento de los corchos, pues "ahora pasó la crisis y hay una gran demanda de tapón". A principios de año se produjo una subida del 20% en el precio, lo que supone un incremento desde 0,040 euros a 0,050. "Seguirá subiendo porque en primavera habrá una revisión de precios al alza", reconoce García.

A los que más está afectando esta situación es a los corchos de aglomerado. Son los utilizados para corchar la sidra y son más económicos que los naturales, que se emplean en las botellas de vino. Es posible porque en esta bebida, más cara que la asturiana, los bodegueros trabajan con mayores márgenes de beneficio y se pueden permitir costes de producción algo más altos. "El tapón natural se consigue ahora mejor que el aglomerado porque tuvo menos demanda estos años", esgrime García Roza. Los vinos con una calidad de crianza o superior son los que usan.

A la escasez de materia prima porque se descorchó menos se añade el incremento de la demanda de tapones derivado de un aumento del consumo de bebidas tras la crisis. Por ejemplo, países emergentes en este sector como China y Rusia se han convertido en importantes clientes. Estados Unidos, que es el mayor consumidor del mundo de tapones, aumentó sus compras en más de un 22%, indica este empresario. También han aparecido nuevas bebidas y las alternativas al corcho (plástico, silicona, entre otros) "no están funcionando". Así que reconoce que "ahora no está afectando, pero puede afectar. Lo que sí, ya se nota en el incremento del precio".

A los llagareros de Siero les preocupa. "La materia prima es muy limitada", apunta Manuel Riestra, de Sidra Muñiz, en Tiñana. Reconoce que "puede ser un problema a corto plazo". No obstante, razona que en el sector siempre ha habido cambios, mismamente hace años "se pasó del corcho natural al aglomerado". Así que, "¿quién sabe dentro de unos años qué usaremos?". Riestra añade que "los precios del natural están disparados, pero los de silicona pueden ser también buenos". Aunque reconoce que "la estética" puede ser un condicionante en un sector al que le gustan poco los cambios. Cree que "la tendencia, a largo plazo, son los nuevos materiales". También le preocupa el incremento de los costes de producción, que tendrá que terminar repercutiendo en el precio final de la botella de sidra.

"Me preocupa por la incertidumbre", confiesa José Palacio, de Sidra Viuda de Palacio, en Tiñana. "Te suelen dar precio para un año y ahora mismo no te garantizan", señala. "Tenemos un problema (la subida del precio) y no lo estamos repercutiendo en la sidra", destaca. "En otros sectores se hace y aquí, esos incrementos nos los comemos nosotros, a lo que suma la preocupación por la escasez de este tipo de tapón económico", concluye.

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