El feminismo asturiano ha recibido con esperanza el futuro pacto de Estado contra la violencia machista, aunque, al mismo tiempo, se piden más pasos en ese difícil camino hacia la erradicación de un problema social con cifras insostenibles: en lo que va de año se han interpuesto mas de 40.000 denuncias por violencia de género en España.

Los partidos políticos se han unido por una lucha común en el Congreso de los Diputados con un documento con 202 medidas de prevención con un presupuesto es de 1.000 millones en cinco años. El acuerdo, si bien recibió el respaldo unánime de todos los grupos, no ha evitado que el PSOE, Podemos y Ciudadanos vayan a formular votos particulares en la Comisión de Igualdad que debe ratificar el pacto el próximo viernes. Los socialistas solicitarán al Gobierno que acorte los plazos de tramitación y active ya las partidas presupuestarias para comunidades y ayuntamientos, además de la reforma del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal sobre la dispensa de la obligación de declarar de la víctima. El Gobierno tendrá un plazo de cuatro meses para realizar los trámites legislativos necesarios para llevar a cabo el pacto y cuentan con que se haga efectivo antes de finalizar el año.

Aunque aún no se ha hecho público el documento ya han salido a la luz algunos detalles, entre los que destaca la nueva definición de violencia de género que incluirá todos los tipos de violencia contra la mujer que recoge el Convenio de Estambul, que entiende como violencia de género la trata de mujeres con finalidades sexuales, la mutilación genital femenina o el matrimonio forzado, entre otros.

La prevención y la sensibilización es uno de los puntos de mayor relevancia en el pacto estatal. Se pretende abordar desde todos los ámbitos de la educación para conseguir la concienciación generalizada; y una de las bazas potentes es el presupuesto con el que va a estar dotado. Tanto prevención con sensibilización a través de la educación son dos puntos muy valorados desde Asturias. Begoña Piñera, de la Tertulia feminista "Les Comadres" de Gijón, considera que "es un avance que la violencia de género salga del ámbito de la pareja y que se incluyan otros conceptos".

Piñera se muestra a favor de que en el grado de magisterio se incluyan contenidos de igualdad y contra la violencia de género en el temario de estudio de los distintos cursos de formación de los estudiantes: "La violencia solo termina cuando se logra la igualdad, quienes enseñen a las futuras generaciones deben saber lo qué es y cómo tratarla", argumenta.

Blanca Esther Aranda, de la Federación de Mujeres Progresistas de Asturias, apunta que "en comunidades autónomas privilegiadas como la nuestra tienen unas campañas y programas de ayuda a las mujeres buenísimos y aún así es muy difícil acabar con el problema porque viven en ambientes aislados".

Los servicios médicos deberán estar preparados para detectar trastornos físicos o psíquicos. Aranda considera que en este pacto de estado "una medida importante es el programa a través de los centros de atención primaria que sean capaces de detectar los síntomas de la violencia de género analizando las historias clínicas". Con esta iniciativa se busca también extremar la vigilancia sobre las víctimas.

Piñera entiende que "deberían poner vigilancia a los maltratadores porque de este modo se protegerá también a los hijos o familiares de las mujeres, que en muchas ocasiones se convierten también en un objetivo". Y es que con este conjunto de medidas se plantea también la retirada de la custodia para los padres acusados de maltrato. "Un maltratador no puede ser un buen padre", afirma rotundamente Aranda.

El Instituto Asturiano de la Mujer informa que en el Principado ya existe "un instrumento que suma esfuerzos dentro de una estrategia conjunta y se amplia con la participación en el mismo de actores sociales, políticos y económicos de nuestra Comunidad Autónoma" con medidas que van desde la prevención y sensibilización hasta la atención a las víctimas.