Isaac Pola (Oviedo, 1963) será el nuevo consejero asturiano de Empleo, Industria y Turismo. El ovetense, doctor ingeniero en minas de formación, sustituirá en el cargo a Francisco Blanco que ha presentado esta semana su dimisión con la intención de recuperar su plaza como profesor de Hacienda Pública en la Universidad de Oviedo, como anticipó LA NUEVA ESPAÑA. Pola es un buen conocedor de la Consejería, de sus entresijos y acumula una gran experiencia. Todas estas características han tenido un peso determinante para su elección. Era, hasta ahora director general de Minería y Energía, un cargo que ha ocupado en varias etapas. Primero entre 2007 y 2011 bajo el Gobierno de Vicente Álvarez Areces, y luego desde 2012 hasta la actualidad, con Javier Fernández al frente del Principado. De tono pausado, tiene experiencia como docente de matemáticas y como director de infraestructuras industriales en el Instituto de Desarrollo Económico regional (Idepa).

El nombre del nuevo consejero se dio a conocer, ayer por la noche, horas después de que el propio Blanco justificara su decisión de abandonar su cargo. El gijonés trató ayer de desligar su dimisión al frente de la Consejería de Empleo, Industria y Turismo del resultado de las primarias del PSOE en Madrid que han devuelto la secretaría general del partido a Pedro Sánchez. "Nunca me he manifestado públicamente a favor de ninguno de los candidatos. He acudido a mítines y reuniones de orientación distinta para escuchar a compañeros, pero nunca me he pronunciado a favor de uno u otro", aseguró el Consejero delante de la puerta de su despacho en una breve comparecencia con la que pretendía arrojar luz sobre su marcha. El Consejero había salido hace meses en apoyo de Sánchez, durante la campaña socialista se alineó con Patxi López y acudió a algún mitin "sanchista". "Mi dimisión es una decisión que ya había tomado hace varias semanas. Se ha rumorado con que yo pudiera tener unas determinadas posturas políticas, pero son temas independientes", aseguró, "mi deseo es el de volver a la Universidad".

Blanco negó rotundamente haber tenido tiranteces con Javier Fernández, presidente regional, hasta el domingo líder de la gestora nacional del PSOE y bastón de Susana Díaz para alcanzar la secretaría general. De hecho, aseguró haberse "sentido respaldado" por Fernández en su labor al frente de la Consejería. "Quiero también agradecerle la confianza que depositó en mí", aseguró. No fue la única negación que hizo. También descartó que tuviera ningún problema interno en su departamento. "La relación de trabajo con mi equipo no es que sea buena, es que es muy buena, casi de amistad", aseguró.

En su breve comparecencia, de poco más de cinco minutos, Blanco aseguró que las únicas razones que habían motivado su marcha de la Consejería son sus deseos de incorporarse, de nuevo, a la vida universitaria. Sin reproches, ni heridas abiertas con el resto de miembros del Ejecutivo. Una versión que contradice a la de algunas fuentes. De hecho, aseguró que el Gobierno asturiano "está haciendo un gran trabajo en unas circunstancias muy difíciles". Lo que no hará Blanco será dimitir de la ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana (FSA), cuyo mandato está próximo a expirar. "Son cuestiones distintas, yo mantengo mi afiliación y mi compromiso con el PSOE, pero ahora desde una posición distinta", señaló. Sobre la posibilidad de encabezar una posible candidatura por los pedristas para liderar la FSA se limitó a señalar que "no es el momento". Los agentes sociales expresaron su preocupación porque la dimisión de Blanco pueda retrasar el pacto de concertación regional, aunque sus declaraciones fueron previas al nombramiento de Pola.